Según un estudio reciente de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido), cuando por la mañana nos notamos decaídos y con el estado de ánimo bajo, tendemos a vestirnos con pantalones Jeans. Concretamente, en el caso de las mujeres más de la mitad de las féminas asegura usar Jeans aquellos días en los que se siente deprimida, mientras que solo un tercio los lleva también en aquellas ocasiones en que se levanta de buen humor. Además, el 57% asegura decantarse por las camisetas anchas los días de “bajón”, mientras qie solo el 2% usa esta prenda cuando se siente "contenta".
De acuerdo con Karen Pine, coautora del estudio, la ropa que escogemos cada mañana frente al armario refleja nuestro estado de ánimo (y, a la vez, influye en él). De hecho, el bienestar o malestar anímico se pueden modificar cambiando de atuendo. “El estudio demuestra el poder psicológico de la ropa y cómo una elección correcta puede afectar a nuestros niveles de felicidad”, explica Pine. “Vestirnos para sentirnos felices, en el caso de las mujeres, implica dejar a un lado los pantalones Jeans”, concluye la investigadora.
En cuanto a los complementos, la probabilidad de llevar un sombrero o un gorro se duplica cuando nos sentimos de buen humor.
Uno de los propósitos más recurrentes del año nuevo es ponerse a dieta y perder unos kilos después de los excesos navideños. Sin embargo, lo más recomendable es realizar el régimen bajo supervisión médica, y sobre todo no fiarse de las dietas milagrosas y los productos mágicos para bajar de peso. En un artículo publicado en la revista American Journal of Public Health, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) advierte de los peligros de los suplementos dietéticos.
Según los autores de la investigación, estos suplementos son las nuevas generaciones de las píldoras"rainbow", que fueron prohibidas en España en los años 90 debido a su peligrosidad. Algunos de ellos contienen derivados de anfetaminas, con benzodiazepinas, bloqueadores beta y otros compuestos con muchos efectos adversos para el organismo. Para poder sortear la estricta regulación existente sobre los fármacos, estos productos no se presentan en el mercado como fármacos, sino como suplementos alimentarios. Además, los nuevos canales de comercialización como Internet han favorecido su rápida propagación entre los consumidores.
"Existen multitud de páginas en Internet que promocionan productos milagrosos para la pérdida de peso y es un tema también recurrente en foros, pero no hay que perder de vista que estos pueden ser productos peligrosos que en muchas ocasiones no han pasado ningún control sanitario, y esto puede causar graves efectos secundarios e incluso muertes", explica Albert Goday, uno de los autores y presidente de la SEEDO. "De hecho, en estudios previos hemos podido documentar los peligros de estas pastillas milagrosas sobre el sistema cardiovascular, renal o endocrino. Si se consultara al médico antes de tomar cualquier tipo de medicamento o suplemento alimenticio, se evitarían muchos problemas".
Estos productos milagro prometen una solución rápida a los problemas de peso y capitalizan la disposición de muchos pacientes a aferrarse a cualquier cosa que les ofrezca una solución sin el esfuerzo que supone seguir una dieta. Además, según indican los expertos, la sociedad actual tiende cada vez más a automedicarse, algo que, unido a la enorme importancia que se concede al aspecto físico, hace que el comercio de estos productos sea muy lucrativo, a pesar de su peligrosidad. Sin embargo, las claves para una dieta exitosa son la alimentación equilibrada y el ejercicio físico regular, algo que no puede ser sustituido por ninguna pastilla "milagrosa".
Tomado de: http://www.muyinteresante.es/